Para los especialistas del segmento, el gobierno debe corregir varias distorsiones para que la actividad retome el curso de expansión, sobre todo con respecto a la inflación. Esto permitirá la desaceleración de los valores de los materiales y la gente podrá tener mejor capacidad de ahorro. Lo traumático será la falta de créditos, que genera dudas en el mercado del usado. Se piden acciones urgentes para detener la caída.
Hay un dicho que reza: “escoba nueva, barre bien”, y sin estar tan lejos, cada vez que se renueva un gobierno las esperanzas acompañan, al menos por los primeros meses. En este caso, los sectores de la construcción y lo inmobiliario también son optimistas para lo que viene, pero exigen medidas para detener los males y que el rumbo vuelva a enderezarse con el objetivo de progresar.
Según los especialistas, la coyuntura favorecerá tanto a los que construyen como a los que emprenden apuntando al segmento Premium, y por el momento tendrán más dificultades los sectores inmobiliarios (sobre todo los que están atados más al mercado del usado que al de estrenar las propiedades).
Si bien los avatares económicos generaron problemas, la cautela es otra dominante en el escenario. Issel Kiperszmid, de la desarrolladora Dypsa, dijo que “el sector viene atravesando una prolongada caída en la actividad que lleva más de un año y medio, y no se ven en el horizonte signos de recuperación”.
El emprendedor puntualizó que las causas fundamentales de esta recesión se sostienen en la conjunción de tres factores, que se encuentran íntimamente vinculados y que son a su vez causa y consecuencia: “Primero, los altos niveles de una inflación errática y persistente; segundo, la falta de crédito tanto para el comprador final, como financiamiento intermedio para los desarrolladores, y en tercer lugar, la incertidumbre general, que atenta contra quienes deben tomar decisiones de largo plazo, ya sean compradores (para uso propio como para inversión) o emprendedores que desarrollan proyectos que por sus características, son siempre pluri anuales”, aclaró.
En otra perspectiva, Julio Crivelli, presidente de Camarco (Cámara Argentina de la Construcción) detalló que la situación del sector era razonablemente buena, pero luego de la crisis de 2018 fue desmejorando progresivamente, fundamentalmente por falta de pago. El Estado no ajustó los contratos por inflación de acuerdo a lo que está establecido y con eso consiguió de manera ilegítima más financiación. Esa situación paralizó los contratos, algunos más que otros. “En el área privada, se han ido terminando los contratos, todos esos los proyectos que estaban en construcción pero los inversores no quisieron meterse en nuevas aventuras hasta que no se conozca un plan económico del nuevo gobierno. De manera tal que el sector privado se va paralizando sin que se inicien nuevas obras”, afirmó.
Sobre el gobierno que asumió recientemente, Crivelli remarcó que “Se debería acordar alguna norma para la salida de la crisis de los contratos de obra pública, en especial en el sector de infraestructura y vivienda. Una norma que abarque los pagos pendientes e intereses devengados, los ajustes por inflación correspondientes y la regularización de los planes de trabajo, con los gastos por paralización. Porque estas obras están semiparalizadas desde hace mucho tiempo, gastando dinero improductivo. Se requiere una norma que reordene todos estos contratos, que están completamente desequilibrados. En las condiciones actuales, aunque estuviera la plata para pagar, ya no se puede ejecutar. Hay que reestructurar estos contratos para poder continuarlos. Lo que se espera del gobierno actual es una medida de reestructuración de los contratos vigentes para que se puedan continuar”.
La Camarco, junto con la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), presentó un documento con un plan para edificar 40.000 unidades en todo el país. Habrá que ver cuál es la respuesta. Si hay algo nuevo tras la asunción de Alberto Fernández, es el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación Argentina, liderado por la arquitecta María Eugenia Bielsa (hermana del ex canciller Rafael Bielsa y del director técnico de fútbol, Marcelo Bielsa). Esto genera optimismo en más de uno porque se estima que la vivienda estará en el radar y en la agenda de la actual administración. Por el momento no hubo mayores detalles, pero se calcula que se generará un plan de construcción que apuntará a la vivienda social como a su vez a preservar el hábitat y contribuir con la mejora de los servicios a todo el territorio, factores claves para mejorar la calidad de vida de la gente.
Hacia dónde
Para Flavio Galli, presidente de Grupo Tueroc, todos los pensamientos lo llevan a un análisis de muy corto plazo, ‘’ya que para el mediano y largo plazo entiendo que influirá la conformación del gabinete, las medidas económicas y políticas de Estado que llegarán luego de diciembre. Allí los mercados se comportarán de acuerdo a las señales que surjan de estas acciones. Luego, me pararía en marzo 2020, donde ya comenzará a rodar el tren y veremos quiénes se suben. Con todo, en los próximos seis meses no veo grandes cambios a lo que viene ocurriendo. Hoy nuestra industria está paralizada, hace falta dar mensajes que lleven tranquilidad a las empresas, a los mercados y a los pequeños ahorristas. En esta etapa, cuando ya se conoce a los ganadores, se debe desterrar la incertidumbre política. Los políticos tienen la obligación de demostrarnos que están preparados para llevar serenidad. Creo que esto movilizará de a poco a los pequeños inversores locales y a las empresas para que tomen confianza y se decidan a inyectar el dinero que vienen atesorando desde hace meses y así dar aire a los desarrolladores que vienen enfrentando sus proyectos con capital propio”.
En tanto que Juan Mora, CEO de la desarrolladora de Casa Campus (emprendimiento ubicado en Pilar), señaló que “la situación de la industria del Real Estate en un negocio de inversión con renta como es Casa Campus es bastante independiente del resultado de las elecciones. En ese sentido, para nosotros asunción de Alberto Fernández no cambia el contexto. Los bienes para renta siguen una lógica diferente a la de los inmuebles de uso. Entendemos que en este nuevo escenario puede haber una desaceleración, porque la incertidumbre es innegable, pero sabemos que sigue existiendo un mercado interesado en optimizar su renta y los precios de las propiedades no van a subir ni bajar de manera importante. El sector es bastante inelástico. Es lo que empezamos a notar cuando se implementaron las medidas de controles de cambios. El movimiento es hacia un modelo de menores tasas de interés, en el que la gente busca especular menos y preservar el valor, el patrimonio. Para el que tiene la necesidad de hacer algo con su dinero, asegurar su patrimonio con rentabilidad a nivel local, una propuesta como la nuestra sigue siendo atractiva. Invertir en ladrillos en el exterior es bastante más complejo y el mercado financiero dejó de ser la mejor opción. Estamos frente a un semestre moderado. Creo que por lo menos en los próximos seis meses no vamos a ver una vuelta al mercado financiero y para el inversor es un período muy prolongado para no tomar una decisión con respecto a su dinero”.
Armando Pepe, presidente del Colegio Profesional Inmobiliario (Cucicba), consideró que “deben tomarse medidas rápidas y no erráticas para favorecer la reactivación de la economía y generar otras condiciones, como un nuevo blanqueo de capitales. En este caso, se deberían utilizar para la construcción de viviendas enfocadas en el alquiler, pero a quienes traigan los fondos desde el exterior se le deberían brindar amplios beneficios en materia de impuestos, para darles confianza y certidumbre”.
Con visión más optimista, Diego Migliorisi, socio gerente de Migliorisi Inmobiliaria, dijo que con la asunción de un nuevo gobierno se cierra una etapa de incertidumbre de al menos un año. “Calculo que el mercado inmobiliario va a tener una recuperación positiva en el corto plazo, segmento por segmento”, expresó.
En esa línea, y mirando más al largo plazo, Kiperszmid concluyó que más allá del nuevo ciclo político, no se percibe a la vista un cambio de escenario. La caída, y la devaluación del peso, han hecho más competitivos los costos en términos de dólares. Por otro lado, quienes disponen de excedentes en esta moneda, son cautos a la hora de invertir, y hacen valer su liquidez, con lo cual las contraofertas para proyectos terminados, neutralizan en parte esta ventaja.
El escenario ofrece un abanico de oportunidades, y se sabe que el ladrillo siempre es un buen refugio para el dinero. Habrá que acertar en las medidas para que poco a poco la confianza le gane al desánimo. Los precios de las unidades tanto en la Capital como en el Gran Buenos Aires han bajado entre un 5 y 20 por ciento en dólares, pero claro, a los argentinos se les hace cuesta arriba juntar más pesos, como a quienes se les indexaron las cuotas de los planes nominados en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), hoy congeladas hasta el valor de 140.000 UVA, pero habrá que esperar como se resuelve la cuestión a futuro para los hipotecados. Todo está por verse en los próximos meses, pero quienes operan en el sector, son persistentes en que la actividad puede mejorar, a partir de mayo, cuando la actual gestión oscile por sus primeros 150 días de trabajo.
Fuente: https://www.grupoconstruya.com.ar/