Si bien la incertidumbre respecto del precio final de obra y de los materiales puede constituir “una barrera insalvable”, Analytica considera que una estabilización de la diferencia entre los tipos de cambio, más allá de la magnitud, puede ayudar a recuperar a uno de los dinamizadores de la actividad.
La construcción, uno de los sectores catalizadores de la actividad económica en general, podría recuperarse luego de la cuarentena si la brecha cambiaria entre el dólar oficial y las cotizaciones financieras e informales se mantiene estable, concluyó un informe de la consultora Analytica.
El estudio plantea que la magnitud de la diferencia entre los distintos tipos de cambio no impide por sí misma el desarrollo de los segmentos de la obra privada, aunque sí impacta la volatilidad.
“Más allá de que el salto del dólar libre implica una traba importante para la estructura contractual del sector, con precios en dólares y en buena parte operaciones canceladas en billete físico, la clave está en la estabilidad de la brecha cambiaria más que en su nivel”, sostuvo Analytica.
El informe evaluó el impacto de la brecha cambiaria en los períodos 2011-2013, donde la diferencia creció sistemáticamente, y 2014-2015, que se estabilizó a una distancia similar a la que había este año previo a la pandemia del coronavirus.
“En la etapa previa a la estabilización de la brecha, se licuan los costos en dólares. El precio final de la construcción creció 29% en relación a los costos, entre 2011 y 2013. Esto hace más rentable la edificación respecto de la compraventa de unidades terminadas”, señaló.
Entre 2011 y 2013 los salarios en términos reales aumentaron 5%, reseña Analytica, mientras que en términos de ‘dólar paralelo’ retrocedió un 6% y en comparación con el valor de metro cuadrado construido perdió 14%. En ese lapso, el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) privado retrocedió 9% respecto al PBI y las escrituras en la Ciudad se derrumbaron 45%.
En cambio, entre 2014 y 2015 la obra privada creció con fuerza. Los salarios en términos reales cayeron 6%, pero en comparación con el tipo de cambio paralelo aumentaron 3% y en relación con el metro cuadrado construido acotaron la baja a
5%. En este bienio, el ISAC avanzó 30% respecto al producto y las escrituras en Capital se robustecieron un 4%.
En ese sentido, Analytica considera que “el Gobierno debería impulsar la construcción si quiere poner en marcha la economía” luego de que se normalice la actividad en general.
“Para ello es necesario estabilizar la brecha en un contexto de control de cambios. La clave de esta estabilidad está ante todo en un arreglo exitoso de la deuda y no necesariamente en suspender el control de cambios. El cepo llegó para quedarse y esto no necesariamente es una mala noticia para la construcción”, concluyó.
Fuente: cronista.com