Una prótesis. Caffe del popolo es uno de esos experimentos que surgen en aquellos espacios que muchas veces se entienden como inutilizables u obsoletos de la ciudad. Se trabajó en un vacío triangular entre dos bloques de viviendas en el barrio Nueva Córdoba. La percepción de compresión sufrida por su contexto, disparó la exploración inicial para el diseño de este recinto, que desde un inicio se concibió como un dispositivo capaz de encajar en ese lugar, tal como una “prótesis urbana”. Se propone un modo de introducirnos en un denso entorno urbano y accionar en él y desde él hacia la ciudad.
La fluidez. La inserción en un espacio tan pequeño y rodeado de grandes edificios, imprimió la idea de compresión en nuestros modelos materiales y en las diferentes exploraciones realizadas. Quizás es también la percepción líquida, dinámica y fluida propia de esa esquina y de los tiempos que corren la que ordenó la acción formal resultante de la propuesta. La fluidez en cuanto al uso también determinó acciones de diseño, y de cómo generar un espacio lo más abierto posible a la calle en su plano 0.
Exploración material. Se generó un basamento metálico, con aberturas en guillotina, capaz de lograr una apertura máxima hacia la calle sin dejar de lado los requerimientos funcionales. En el espacio interior, mediante la fabricación digital, se logró un revestimiento de madera routeada y posteriormente laqueada inspirada tanto en su color como en su composición formal, en la planta del café. Para los niveles superiores se aprovechó una estructura metálica existente de la cual se toman cinco paneles realizados en fibra de vidrio. Estos paneles son los que hacia su interior protegen dos niveles: Uno con baño y otro con depósito.
De calle. Usar la calle es una premisa fundamental, y no solo porque existe un espacio interior reducido, sino porque también, hubo una intención de aportar a ese espacio de tránsito una pausa, un espacio de contemplación, un uso posible, aprovechando lo que el paisaje urbano Cordobés ofrece en esa zona, como el edificio residencial del Arquitecto Ignacio Togo Diaz, el Paseo Cultural del Buen Pastor, la Iglesia de los Capuchinos y el Edificio Baoro del arquitecto Osvaldo Ponz. Se generó en la fachada del café una superficie de apoyo interior/ exterior, una plataforma donde se ubican dos banquetas metálicas móviles, y se desarrolló un mobiliario urbano fijo (Banco Rarx) fabricado en hormigón y metal, ubicado sobre el cordón de la vereda. Los bancos Rarx, terminan de sintetizar simbólicamente la idea generadora del proyecto, ya que contemplan también, reflexiones materiales, formales y de uso en relación al espacio público.
Fuente: https://www.archdaily.cl/cl/977985/caffe-del-popolo-rare-studio-experimental