Entre el Cerro de la Corona y el Parque Nacional Chipinque en México, se encuentra la obra que debía ser concebida con un tratamiento escultórico, considerando su importante presencia en el contexto.Debido a la diversidad de dicho contexto, se decidió optar por el paisaje como pauta de integración, generando así una línea horizontal predominante que sigue el perfil poco accidentado de la meseta.La negación del color está dictada por dos razones básicas. Primero, la búsqueda de un máximo contraste entre los volúmenes blancos contra los verdes y azules de la naturaleza, y segundo, la frescura real y psicológica que el color blanco ofrece en un clima tan cálido como el de la ciudad de Monterrey.Dicho tratamiento del color, aunado a la ventilación cruzada que se da en toda la casa, así como las alturas libres que oscilan entre los 3 y 4 metros, son factores definitivos para el buen funcionamiento climático del proyecto.Las vistas naturales de la Sierra Madre, se explotan en todas las áreas orientadas al sur, careciendo de las mismas el comedor y el desayunador, para los cuales se creo un patio interior que tiene como función principal el ser un espacio visual, además de captador de luz y aire adicional para toda la casa.