El estudio Adamo-Faiden aggiornó la estética y funcionalidad de una casa construida hace cuarenta años, en el barrio de Belgrano. La principal intervención fue en el subsuelo, al que se convirtió en un área de esparcimiento. chalet adaptación de espacios desaprovechados Una
de mediados de la década de 1970, impecable pero desactualizado para los usos y costumbres actuales, fue reinventado por los arquitectos Sebastián Adamo y Marcelo Faiden a partir de la
y el rediseño de su estructura. En rigor, a los propietarios no les gustaba tanto la casa, ubicada en un área de baja densidad del barrio de Belgrano: su elección tuvo que ver con las potencialidades del amplio lote, por lo que su encargo consistió en aprovechar la superficie del terreno como fuera.
“Lo ‘ -explica Marcelo Faiden-. Esta idea implica que demoler no tenga que ser una opción. Lo que ya existe se puede ver con otros ojos”.
Según la perspectiva de los autores, la casa Fernández podría albergar a esa familia numerosa ampliando espacios y circulaciones e incorporando una “estética mestiza” y contemporánea, donde se combinan y unifican materiales diversos. “Nuestra intervención tuvo lugar en una casa muy bien construida, con cuatro habitaciones en el primer piso, estar, comedor y cocina en planta baja y una pileta. Todo eso estaba impecable”, describe el autor.
Pero el espacio más obsoleto de la casa se concentraba en el , ocupado por grandes equipos de aire acondicionado, calderas y tres habitaciones de servicio. Esta de uso hizo que el subsuelo se convirtiera en material de proyecto”, señala Faiden.
Su puesta al día consistió en tres intervenciones puntuales: con el espacio social de la casa; la para generar un un espacio polivalente y la conformación de un con doble cerramiento. Empezando por el frente, la intervención estuvo ligada con una ampliación de las ventanas, resolviendo el tema de la seguridad pero sin poner los clásicos barrotes.
“En la fachada aparecen que aportan intimidad -puntualizan los arquitectos-, generando más conexión visual y conformando una nueva imagen para la casa”.
En cuanto a su materialidad, el frente combina una breve línea de ladrillos con una cubierta inclinada de metal desplazado con vegetación y chapa microperforada. Los, amalgamados con pintura blanca.
Para el contrafrente, en cambio, se generó un programa nuevo a partir del de un pabellón de 3 metros. Este pabellón comunica el subsuelo con la planta baja pero también con el jardín. Según explican los autores, “para esto diseñamos dos operaciones: diseñamos un jardín interno que recorre la triple altura y generamos una depresión del jardín a través del cual se abre un nuevo acceso. Una escalera conecta el primer nivel con el subsuelo a nivel interno, pero externamente hay conexión con el jardín a través de una salida lateral, generando así una doble circulación. Lo que era un subsuelo técnico, oscuro, se convierte en ”. la casa es una U Hacia arriba se desarrolla un amplio jardín de invierno
en triple altura. “En verano, sus ventanas se abren, transformando al espacio en un semicubierto protegido de la radiación solar. En invierno, las ventanas se cierran y acumulan calor, pero por la noche el cerramiento interno se abre y hace circular el calor por el resto de la casa”. Vista en corte,, según describe el autor. “La intervención deja una parte intacta, la envuelve en tres de sus lados y mantiene la cubierta”. Casa Fernández Proyecto: Colaboradores: Construcción Ubicación: Años: Fotos:
Sebastián Adamo y Marcelo Faiden
Jaime Butler, Gonzalo Yerba Comitente: Romina Fernández
: Adamo-Faiden (administración de obra)
Aguilar 2159, Belgrano, CABA
2014-2015
Gebntileza Adamo-FaidenFUENTE: ARQ CLARIN