La idea no está tan verde como se pudiera creer y, de hecho, ya se ha probado con éxito en carriles bici y caminos para peatones. Pero el objetivo va más allá: que puedan implantarse en ese tipo de vías, en aceras, pero también en carreteras por las que circulen los vehículos. En ello se emplea un equipo liderado por la startup alemana Solmove y por la RWTH Aachen University, que ha dado muchos pasos para que las carreteras solares se puedan implantar en un futuro próximo.
¿Cómo funcionaría el sistema?
Básicamente, de lo que se trata es de crear un nuevo panel solar fotovoltaico que, para ser efectivo, tiene que ser resistente pero, también, fácilmente instalable. Así, esta aproximación consiste en azulejos de vidrio de 8×8 centímetros, con celdas solares integradas e incorporados a una red. Estas pequeñas piezas, de alrededor de 5 milímetros de ancho, se colocan sobre la superficie que se quiera cubrir como si de una alfombra se tratase.
Este diseño se traduce en algo que es clave: las carreteras no necesitarían grandes cambios para convertirse en solares, sino que solamente habría que desplegar sobre ellas este sistema. Su uso, dicen los impulsores, “tiene mucho más potencial que la instalación de paneles en tejados”. Lo aseguran con una idea muy clara en mente: que estos sistemas permitan que los vehículos eléctricos puedan recargarse en movimiento mediante bucles de inducción.
Aunque los promotores de esta solución reconocen que funcionará mejor en vías poco transitadas que en aquellas con tráfico denso (básicamente por la llegada del sol al firme), estos no creen que los suelos solares se puedan resentir. De hecho, aseguran que la vida útil de sus componentes es de 25 años, lo que superaría incluso la de las carreteras de asfalto. Además, una vez los paneles tuvieran que extraerse, la operación sería tan sencilla como la colocación y el sistema podría reciclarse en una planta especializada.
Mientras los impulsores de esta idea avanzan con sus pruebas, el diseño ya promete otros beneficios, como la posibilidad de iluminar la vía a través de luces LED, la autolimpieza del equipo, la optimización acústica o la lucha contra las placas de hielo en invierno, mediante la energía captada del sol por el propio firme.
En Alemania hay más alrededor de 1.400 millones de metros cuadrados de superficies horizontales. Este enorme espacio, aseguran desde este proyecto, “podría aprovecharse para generar electricidad y suministrar energía a 20 millones de coches eléctricos” que todavía cuentan con una autonomía limitada y con una excesiva dependencia de los puntos de recarga.