Un inusual concurso no vinculante convocó a profesionales y estudiantes para proponer ideas para que el área central de la ciudad recupera su brillo. El ganador propuso convertirla en un gran parque.Que los arquitectos y urbanistas tengan de vez en cuando la oportunidad de dar a conocer públicamente sus ideas para mejorar la ciudad en que viven debería ser una práctica habitual. Así lo entendieron las dos facultades más importantes de Córdoba (UNC y Universidad Católica) y el Colegio, que organizaron meses atrás el concurso Proyecta Córdoba/Imagina el Centro. Se trató de un concurso de ideas no vinculante y en el que no se pedía ningún “objeto” arquitectónico ni solución urbana puntual, sino el objetivo mucho más amplio de generar un espacio de discusión.En rigor, los participantes tuvieron que elaborar propuestas para revitalizar el Area Central de la capital provincial, unas 400 hectáreas hoy bastante degradadas, que incluye el centro histórico y Nueva Córdoba. “El objetivo es reposicionar la discusión de las ideas proyectuales estratégicas para apuntalar la vitalidad del área central, anticipar sus problemas y aprovechar sus potencialidades”, explica Ian Dutari, decano de la FAUD-UNC y uno de los impulsores de la iniciativa.
No sólo trazar ideas sobre el plano de la ciudad: la convocatoria pedía también, y fundamentalmente, idear estrategias de gestión para llevarlas a cabo tomando en cuenta el comportamiento de los actores públicos y privados involucrados. Es decir, un ejercicio práctico sobre la realidad.
El trabajo ganador del primer premio, titulado “Parque Central Metropolitano”, parte del diagnóstico de que el área central de la Docta presenta hoy una configuración urbana “no adecuada a su volumen de actividad”, según la definen sus autores, Santiago Canén y Tomás Spina. Así, identifican tres grandes “deudas” en la ciudad y proponen una solución concreta para cada una de ellas. En primer lugar, alertan sobre necesidad de incentivar la construcción privada en los barrios menos favorecidos en del Area Central, y para ello sugieren crear un Bono Incentivo a la Producción Urbana que permita edificar 15 metros más que la normativa actual en cada parcela; pero cuidando que esta bonificación disminuya tres metros cada dos años, hasta agotarse a los diez, y así apurar su aprovechamiento en el corto plazo.
“La plusvalía generada será absorbida por un ente público-privado que lo destinará a construir nuevos espacios públicos”, agregan.Su segunda propuesta consiste en una estructura “continua y legible” de espacio público tanto verde como construido, basada en un “patrón de continuidad”, con el fin de superar la actual configuración urbana aleatoria del área en cuestión. Para eso proponen crear un gran Parque Central Metropolitano en los bordes del Area Central, que incluye la Ciudad Universitaria y parques ya existentes, así como los bordes del Suquía y La Cañada.
En este sentido, proponen transformar en nuevas áreas verdes los espacios públicos existentes en toda el área a través de concursos nacionales. Pero, sobre todo, planean destinar a usos públicos un porcentaje (del 30 al 50% según el caso) de la planta baja de los terrenos privados sin uso en ubicaciones privilegiadas. A fin de alentar a los propietarios a habilitar estos usos en el nivel peatonal, también habría una bonificación para construir en ese mismo lote u otro.
Por último, Canén y Spina plantean avanzar hacia un sistema de transporte multimodal o Ronda Central de Transferencia, que consiste en una serie de estaciones de transbordo conformando una red perimetral al Parque, con playas de estacionamiento para autos, dispenser de bicicletas y otras facilidades. El jurado ponderó la “visión integral que condensa en una acción única y estratégica la solución a las distintas complejidades del área”, así como la incorporación de “un nuevo parque de superficie significativa” aprovechando áreas verdes “que actualmente se encuentran fragmentadas”.
Con la mira en la sustentabilidad urbana, el trabajo que ganó el segundo premio, “Catalizadores Urbanos”, corresponde a los arquitectos Daniel Huespe, Ignacio Imwinkelried y Guillermo Mir –socios del estudio Deriva–, y pone el acento en lo que los autores definen como la “interacción entre arquitectura, infraestructura y espacio urbano”, una dimensión que, a su entender, la praxis arquitectónica “parece haber olvidado”, ya que, según sostienen, hoy la preocupación por el entorno urbano se reduce a “un simple diálogo entre arquitectura y ciudad que sólo atiende a cuestiones estéticas”. En concreto, su propuesta apunta a “densificar los bordes” del Area Central incorporando dos grandes piezas de infraestructura sobre sus bordes más cortos, al norte y sur. El Soporte Estructural Norte está vinculado a los cauces del Suquía y La Cañada, con usos de almacenamiento de agua, lagunas de retención, tratamiento y reciclaje de basura y producción de energía y oxígeno. A su vez, en el extremo Sur, cerca del campus de la UNC y Nueva Córdoba, el énfasis está puesto en la habilitación de espacios públicos de encuentro.“La infraestructura, a través del proyecto, aporta un valor inédito a la definición arquitectónica en una justa relación con la dimensión del paisaje”, elogió el jurado.“Que el río sea parte de la ciudad y no su límite”, o ver al río como “motor de transformación y ordenamiento urbano“, son las premisas del trabajo ganador del tercer premio, a cargo de Guillermo Mendoza, Germán Margheritt y Gabriela Casasnovas, que optaron por intervenir sobre Suquía para promover “la peatonalidad, mejoras en las márgenes, estacionamiento y espacio público”.Su propuesta, con un grado de definición bastante elaborado, propone una “Vía Básica de función compleja” en la que están incluidos y sectorizaros todos los tipos de circulación posibles: desde el paseo peatonal y las bicis hasta el transporte público y los vehículos particulares. Así se define una transición “coherente y unificada” desde la periferia hacia el centro a través de un “borderline” que incluye puentes peatonales. “Se pondera la profundidad y oficio en las ideas y soluciones planteadas así como la viabilidad de gestión de las mismas”, opinó el jurado.En definitiva, los arquitectos y urbanistas opinaron desde su práctica y desde sus criterios de premiación. Una iniciativa que tranquilamente podría replicarse a lo largo y a lo ancho.
Premios y Menciones
autores: Arqs. Santiago Canén y Tomás Spina.
autores: Arqs. Daniel Huespe, Ignacio Imwinkelried y Guillermo Mir (estudio Deriva).
autores: Arqs. Guillermo Mendoza, Germán Margheritt y Gabriela Casasnovas. Colaboradores: Santiago Etchegoin, Lautaro Santos, Augusto Menna, Bruno Patroni, Sergio Pastrana, Andrés Petoletti, Leandro Mugas, Sabrina David y Micaela Micheli.
– Autor: Arq. Francisco O. Gil
– Autores: Arqs. Celina Caporossi, Fernando Díaz, Marcelo Corti y Raúl Flores. Colaboradores: Héctor Páez Ferreyra, Martin Lemma, Pablo Ochoa, Mateo Camba, Florencia Olmos y Gonzalo Vélez da Porta.
– Autor: Arqs. María F. Almirón, Tatiana A. Ligorria y María Luna.
– Autores: Arqs. Adolfo Mondejar, Alejandro Soneira, Pablo Mondejar, Francisco Figueroa Astraín y Mariana Aldao. Colab.: Ezequiel Lauria y Nicolás Bertero.
– Autor: Arq. Matías Dinardi.
Premios (Estudiantes)
– Autores: María Fragueiro y María Bertoya.
– Autores: Ana Karlem y Fernando Matos.
– Autores: Augusto Menna, Leandro Mugas, Micaela Micheli y Sergio Pastrana.
Mención (Estudiantes)
-Autores: Felipe Álvarez, Martina Demaría, María Constanza Otero y Araceli Toledo.
Jurado
Arqs. Mónica Bertolino, Sergio Morón, Ricardo Sergiotti, Marce-lo Vila y Gustavo Weskamp. FUENTE: elinmobiliario.com