Sobre este gigante de la movilidad eléctrica trabaja actualmente un consorcio de empresas suizas con el respaldo del laboratorio de Ciencias de Materiales y Tecnología (EMPA) del citado país. Para dar forma a este dumper eléctrico se ha partido de la reutilización de un Komatsu que está siendo desmontado y reconstruido. Por lo pronto, los expertos involucrados en este proyecto ya han retirado el motor diésel y abren ahora hueco alrededor del chasis para colocar el pack de baterías que propulsará en adelante este modelo.
Y el espacio, no será pequeño. Con capacidad para almacenar hasta 700 kWh, las baterías tendrán un peso ni más ni menos que de 4’5 toneladas. “Nunca hasta la fecha un vehículo terrestre ha sido equipado con un pack de baterías de tanto tamaño”, aseguran desde la EMPA, que explica que este está formado por 1.440 celdas NMC (de niquel, manganeso y cobalto).
En supervisar el sistema producido por la china Shenzen Westart se emplea el experto del laboratorio suizo Marcel Held, quien busca garantías para minimizar cualquier tipo de riesgo para este equipo, de manera que un fuego o un exceso de calor no provoque una reacción en cadena sobre todo el sistema.
Todo detalle es clave, porque el futuro previsto para este Komatsu HD 605-7 una vez se reconvierta a eléctrico no será fácil. Se prevé que, durante una década, realice hasta 20 viajes al día transportando materiales desde una cantera en la montaña de Chasseral, hasta las cercanías de la ciudad de Biel. Para ello, tendrá que superar una pendiente de hasta el 13%.
Para cubrir estos trayectos, el e-dumper parte con una ventaja fundamental: en los trayectos en descenso, el motor eléctrico funcionará como generador para la recarga de las baterías. En el ascenso, con el vehículo vacío, este tirará de la energía generada para cubrir esa distancia. De hecho, si todo marcha según se espera, este macrovehículo producirá más energía de la que consume. Así, no solo prescindirá de combustibles fósiles, sino que será capaz de aportar excedentes a la red.
En concreto, se prevé que este camión con capacidad de carga de 65 toneladas pueda recargar hasta 40 kWh en un solo descenso. Si, finalmente, el vehículo de carga funciona según lo previsto, la potente inversión realizada por Ciments Vigier SA, que alcanza los siete dígitos en francos suizos, no solo habrá valido la pena, sino que irá a más. En los planes de la empresa, que cuenta en este proyecto, además de con la EPSA, con la participación de Lithium Storage GmbH y del grupo Kuhn, la posibilidad de que este e-dumper se acompañe de hasta otros siete vehículos pesados eléctricos como él. La apuesta probaría además que las ventajas de la movilidad eléctrica son posibles de aplicar a maquinaría de este calibre, responsable directa de gran cantidad de emisiones a la atmósfera.