El programa de certificación de etiquetado energético que comenzó el año pasado como una prueba piloto en Rosario, ya relevó más de 400 viviendas en la ciudad y otorgó los primeros 240 certificados. Se trata de una prueba piloto que se hace por primera vez en el país y que busca generar un cuerpo de información que permita redactar una ley nacional. El fin último es la concientización y la optimización de los recursos energéticos en las residencias familiares.
El proceso consiste en la visita a la vivienda de un grupo de especialistas que por un período de unas dos horas lleva adelante una serie de trabajos y mediciones que otorgan información. Esos datos, son procesados y de allí surge la letra del certificado, en una categorización que va de la A a la G, según el nivel de optimización.
Se trata de un sistema similar al que viene en los electrodomésticos. La certificación energética es un proceso que ya está consolidado en muchos países de Europa y en etapa de desarrollo en América Latina. En este sentido, Rosario es la primera ciudad argentina que tiene viviendas certificadas según el aprovechamiento de los recursos.
El proyecto es uno de los trabajos que apunta a mejorar el consumo de energía en los hogares. Otro ejemplo, es la ordenanza municipal de Aspectos Higrotérmicos que está vigente desde 2013 y que a mediados de este año ingresa en su penúltima etapa.