En el marco del acto de entrega de las 53 casas que tuvo lugar días pasados en nuestra ciudad, encabezado por el gobernador Miguel Lifschitz, una de las autoridades presentes fue el director de Vivienda y Urbanismo de la provincia, Lucas Crivelli.
En una entrevista exclusiva con CASTELLANOS, Crivelli se refirió a las dificultades del Estado santafesino para conseguir el aval de Nación para la concreción de más planes de estas características, que permitan dar respuesta a la incesante demanda de soluciones habitacionales.
– ¿Por qué es tan complejo articular con Nación?
– Nosotros presentamos muchos proyectos, pero se redefinen una y otra vez, y en general se pide que haya más aportes de municipios y provincias sobre todo. Cuando antes los planes de viviendas se llevaban adelante casi en su totalidad con fondos nacionales, hoy exigen que la Provincia se haga cargo del suelo y la infraestructura, más el 33% del valor de la vivienda y todas las redeterminaciones que puedan hacerse.
– ¿Así es mucho más difícil?
– Claro, en ese marco es muy complicado. Ya el financiamiento de estas 53 viviendas tendría que haber sido 50-50, pero no lo fue Al margen de una serie de atrasos en los pagos de los certificados bastante sustancial, que hicieron que el Gobierno provincial tenga que salir a respaldar con recursos propios para no detener los trabajos y poder terminarlos, con la esperanza de recuperarlos en algún momento para seguir desarrollando otras nuevas obras.
– Como Estado provincial, ¿pueden encarar planes habitacionales de forma autónoma?
– La realidad es que el Gobernador nos triplicó el presupuesto disponible, y nosotros a su vez triplicamos la cantidad de viviendas en ejecución. Entendemos que vamos muy bien, a pesar de que está claro que siempre vamos a correr detrás de la demanda. Porque lo que está fallando es el sistema de créditos hipotecarios, que debiera ser el que le permite a un trabajador acceder a la posibilidad de tener una vivienda propia.
– ¿Por qué?
– Durante muchos años el trabajador que podía hacerse cargo de pagar una cuota, accedía a un crédito para comprar una casa, mientras que el Estado se hacía cargo de aquellas personas a las que se les imposibilitaba operar en el mercado privado. Hoy, con toda la situación macroeconómica como está planteada, prácticamente la gente evita acceder a un crédito, o lo hace con mucha cautela porque los préstamos UVA se han ido muy caros. Para una familia pensar en pagar 10, 12 o 14 mil pesos por mes es imposible, ya que obliga a tener sueldos por encima de los 50 mil pesos. Porque además los precios de las viviendas se han incrementado notoriamente como consecuencia de la inflación y la reciente devaluación.
– Más allá de la triplicación del presupuesto, ¿cómo los deja “parados” económicamente la corriente inflacionaria?
– Si uno piensa en una inflación que puede rondar el 27% para este año, pero incrementamos el presupuesto en un 300%, podemos estar tranquilos de que las obras de viviendas pueden continuar. El otro factor importante, y al que le apuntamos fuerte, es la ejecución rápida: estas viviendas las empezamos a construir hace 12 meses, que es el plazo exacto que teníamos previsto. Y eso también nos ayuda a ganarle a la inflación. La escala de obras que tenemos en marcha es la que podemos afrontar, y en ese marco le pedimos a las empresas la mayor celeridad posible.
Fuente: Diario Castellanos