El primer conjunto habitacional se realizará en un sector consolidado del norte de la ciudad, con inversión totalmente privada. Se utilizarán materiales tradicionales y las viviendas serán ejecutadas por pequeños contratistas, de modo de emplear un ciento por ciento de mano de obra local. Empleo y techo propio, dos ejes que plantean un regreso a las fuentes que forjaron el mejor perfil de Rafaela.
En la zona Norte de Rafaela está creciendo un proyecto que constituirá un punto de partida importante para atender dos problemáticas fundamentales en la ciudad: la demanda de mano de obra, en este caso a través de la industria de la construcción; y la atención del déficit habitacional, que afecta a una de cada cinco familias rafaelinas que en la actualidad no tienen acceso a la vivienda propia. Pero más allá de los datos que certifican un proyecto ya en marcha, el mensaje principal es otro: se trata ni más ni menos que de un fuerte impulso a la mano de obra local vinculada a una industria como la de la construcción, bien denominada «madre de industrias» por todo lo que genera en la multiplicación de la actividad económica. Y al mismo tiempo, ofrece una respuesta concreta a los sueños de muchas familias que desean el acceso a la vivienda, están dispuestos –porque pueden hacerlo- a realizar el esfuerzo y el sacrificio que ello demanda y hasta ahora prácticamente no tienen esa chance. Se trata de volver a las fuentes: el esfuerzo propio y el progreso logrado a través del trabajo, en un marco donde el que tiene dinero para invertir puede hacerlo sin necesidad de esperar el mero rendimiento financiero, sino contribuyendo también a la actividad económica que genera y distribuye riqueza.
¿De qué se habla concretamente? De un proyecto que ya está en fase de concreción efectiva, con el inicio de una primera etapa, dentro de un plan que no tiene techo numérico. En la iniciativa participan inversores privados que constituyeron un fondo con el cual llevarán adelante este emprendimiento de alto impacto, destinado a generar trabajo decente y crecimiento económico genuino.
El comienzo es con 18 viviendas que se edificarán en un lote ya disponible, en un área totalmente consolidada de la ciudad, con redes de agua potable, electricidad y servicios de telefonía, televisión e internet; fácil acceso a Bv. Lehmann y vinculación con espacios verdes cercanos. El número marca sólo el comienzo: el proyecto contempla la reinversión de utilidades y la incorporación de nuevos interesados que imprimirán un efecto multiplicador al programa.
Interés social
El programa tiene aspectos muy interesantes desde distintos enfoques. Por un lado, porque la construcción de las viviendas estará a cargo de pequeños contratistas. La idea es asignarle a cada uno de esos pequeños contratistas un «bloque» de dos o cuatro casas, de modo que ese emprendedor -que puede ser un albañil que se agrupe con compañeros del oficio- se encargue de la edificación íntegra de las unidades habitacionales con una dirección técnica común a todos. Los propios albañiles que actúen como contratistas podrán completar sus grupos de trabajo con los obreros del oficio que se requieran a medida que avancen las obras: pintores, electricistas, plomeros, etc.
En este sentido, el proyecto se emparenta con los objetivos del plan Argentina Construye, recientemente anunciado por el presidente de la Nación Alberto Fernández, en el que también se anticipó el objetivo de «mejorar las posibilidades de trabajadores desocupados para acceder a un empleo en el sector de la construcción al incorporarlos en obras de infraestructura comunitaria o productiva».
En el caso concreto del proyecto privado que se hará en Rafaela, el enfoque está puesto en «tener una mirada integral no sólo de la construcción y la generación de empleo sino también de la demanda habitacional», dadas las dificultades que existen en muchas familias que, aún teniendo capacidad de ahorro, no pueden acceder a viviendas de calidad y en un entorno urbano adecuado a sus necesidades. De allí el interés social que se le asigna a este proyecto.
Materiales tradicionales y ubicación en una urbanización consolidada
La primera etapa del proyecto se emplazará en un terreno situado en el norte de la ciudad de Rafaela, con fácil acceso a una de las arterías principales y a menos de 20 cuadras de la plaza principal. Su entorno se encuentra en su totalidad consolidado, siendo este terreno de 1800 M2, con acceso a las redes de servicios básicos señalados más arriba: electricidad, agua potable, telefonía, internet y televisión.
Se construirán allí 18 viviendas de 56 M2, todas de las mismas características, pero con posibilidades de futuras ampliaciones según el requerimiento de cada propietario, constituidas por planta baja, living – comedor – cocina, baño y dormitorio, con opción de un dormitorio o hasta dos en planta alta.
El proyecto tiene como principales premisas el uso de materiales tradicionales. Tanto es así que incluso se resolvió ya que no se utilizará hormigón elaborado, sino que los propios albañiles prepararán la mezcla de hormigón para todo lo que resulte necesario. Además, los proveedores de aberturas, vidrios, maderas y otros materiales que se emplearán en el programa serán en su mayoría de la propia ciudad.
Otros elementos a tener en cuenta es que se emplearán ladrillos en sus muros perimetrales de 30 cm., que permiten la solidez necesaria y la correcta aislación de las viviendas. El ladrillo se trabajará en su mayoría con la técnica denominada «visto», ya que aporta bajo costo en su mantenimiento en comparación de muros con terminación de pintura. Los entrepisos se construirán en madera, como así también el cielorraso, aportando calidez al interior, sus pisos serán de cemento alisado pero no quitando la posibilidad de poder colocar el piso que el propietario desea. Además, se proyectan accesos peatonales comunes a las viviendas, con vinculación a espacios verdes y áreas recreativas.
«Creemos que es un prototipo con amplias posibilidades para adaptarse al gusto de cada persona, así cada familia puede implementar su impronta y convertirlo en su hogar», explicó a Castellanos una fuente del grupo que trabaja en la iniciativa.
En definitiva, se trata de un programa importantísimo para dinamizar el sector de la construcción, generando empleo genuino y decente, a la vez que dará la posibilidad a familias rafaelinas de acceder al sueño del techo propio.
Fuente: Diario Castellanos