Desde hace mucho tiempo, el mes de octubre se inunda de rosa para visibilizar de diferentes maneras la concientización y lucha contra el cáncer de mama. A su vez, cada año más instituciones llevan adelante acciones para crear conciencia sobre este tema: ayer frente a la Caja de Ingeniería de nuestra ciudad, en Bv. Yrigoyen 345, se plantó un lapacho rosado.
Todos los años en octubre, las campañas de concientización y visibilización sobre el cáncer de mama se potencian, buscando redoblar los esfuerzos para llegar con un mensaje claro a toda la población. Tal es así, que las diferentes instituciones se van sumando con diversas acciones, como cada año lo hace la Caja de Ingeniería de Rafaela, que ayer por la mañana conjuntamente con el Área Verde Urbano de Rafaela, plantaron un lapacho rosado.
Uno de los directores de la Caja, el Ing. Oscar Ascheri expresó: “La iniciativa surge como todos los años desde nuestra institución, con la idea de trabajar en el mes de octubre por la difusión de la lucha contra el cáncer de mama, aprovechando justamente el símbolo rosa, plantamos un lapacho para que cuando florezca nos recuerde esta lucha tan importante. Este año más que nunca, ya que por efecto de la pandemia, muchos de los controles preventivos que hacen a la lucha del cáncer de mama se han dejado de hacer, y ahora que estamos un poco mejor y no estamos tan asustados, debemos recordar lo fundamental de la prevención y de hacernos los controles”.
Por su parte, la Ing. Anabel Albrecht, responsable de Espacios Verdes de la ciudad, manifestó que “este es un flagelo que hace muchísimos años viene afectado a nuestra sociedad y este último año se notó un descenso marcado en los controles y eso es gravísimo. El cáncer de mama, tomado a tiempo, tratado en su inicio, en un altísimo porcentaje tiene solución. Los controles son salud y hoy queremos agradecer a la Caja de Ingeniería y al Colegio de Ingenieros por este aporte, no solo en la concientización referente al cáncer de mama sino también un aporte al arbolado urbano de Rafaela”.
FUENTE: La Opinión