El Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires presentó un proyecto para bajar el costo de los alquileres para vivienda.
La iniciativa apunta a cobrarles un impuesto a las viviendas ociosas para fomentar que sus dueños las alquilen.
Se aplicaría a aquellas propiedades que no están habitadas, que no se destinen a alquileres temporarios para turistas y que estén en condiciones de habitabilidad.
La vivienda ociosa se chequea a través de los servicios, del nivel de consumo. Cuando se demuestra que la propiedad no está en uso, se le aplica un impuesto que va encareciendo su valor mes a mes.
El dinero que se obtuviera de ese impuesto se usaría para la construcción de viviendas públicas destinadas a alquiler, y no a venta como pasa con los planes actuales.
En las ciudades de Rosario y Santa Fe hay proyectos similares que aún no fueron aprobados.
Están orientados en lo que ocurre en Francia, donde se grava con un impuesto aquellas viviendas que hayan permanecido vacías por más de dos años en las localidades con más de 200 mil habitantes.
La base del impuesto es el valor de alquiler del inmueble y su tipo impositivo aumenta en función del tiempo de desocupación: 10%, el primer año de imposición; 12,5%, el segundo; y, 15%, a partir del tercero.