Por la reactivación de la construcción, los excedentes de la producción agropecuaria y el boom de los créditos hipotecarios, Rosario se prepara para un fuerte repunte de la actividad inmobiliaria. En ese diagnóstico coinciden analistas, autoridades e inversores. En el Concejo, un edil cercano al oficialismo ya ingresó una propuesta para revisar la regulación urbanística y que se pueda construir por encima de los topes fijados hace una década en algunos corredores.
“Estamos ante una oportunidad única que la ciudad debe saber aprovechar, preservando zonas pero potenciando otras sin imponer tapones que terminan encareciendo las futuras viviendas”, planteó el concejal Martín Rosúa (UCR).
La iniciativa del concejal del radicalismo apunta a que el Ejecutivo revise los indicadores para construir en altura sobre tramos de las calles Corrientes, Mendoza, Maipú y Salta en el área central y el bulevar Rondeau en el distrito norte.
El planteo de Rosúa se conoce en medio de una fortísima reactivación de la oferta de crédito hipotecario que se registra en todo el país y también en la ciudad. Tanto, que los propios desarrolladores locales han admitido que deberán cambiar sus productos, adaptándose a la nueva demanda, basada no ya en metros cuadrados sino en el valor de la cuota del préstamo.
La propuesta de la UCR busca reformar los límites que fijó en 2008 el nuevo código Urbano de Rosario, que introdujo como novedad saliente un tope para construir en altura en el centro a un máximo de 23 metros equivalente a 7 pisos altos.
Según Rosúa, hace una década “se trató de bajar la densidad en el área central, bajando la altura máxima de edificación y permitiendo altura en algunas arterias. Hoy hace falta incentivar la edificación, por eso creemos que en él área central, que tiene infraestructura y servicios, y donde vive el 36 por ciento de la población, hay que revisar la regulación”.
A criterio del edil radical, el tope vigente “actúa en algunos casos como un tapón para el crecimiento de la ciudad. Y muchos emprendimientos podrían no concretarse ya que no es lo mismo construir siete pisos que 13 en un determinado terreno. La ecuación económica termina siendo muy diferente y en determinadas situaciones el límite puede tornar inviable un proyecto”.
Rosúa consideró que, así como la provincia hizo su aporte proponiendo en la Legislatura una reducción de la alícuota del impuesto a los Ingresos Brutos para los préstamos hipotecarios, el municipio “a escala local también tiene que hacer su aporte en esta coyuntura tan favorable”.
Así, manteniendo límites en zonas de preservación y valor patrimonial, el proyecto sugiere al Ejecutivo “que estudie algunos corredores para elevar la altura máxima de edificación”.
“Creemos —continuó— que en determinados tramos de las calles Corrientes, Maipú, Mendoza por ejemplo podría darse esta situación. Todo esto posibilitará que pequeños y medianos emprendedores puedan embarcarse en este tipo de negocios, ya que rendiría más la ecuación económica”.
En concreto, la iniciativa propone que se pueda construir más alto en Corrientes de Wheelwright a Urquiza y desde Mendoza a Pellegrini. También en calle Maipú de Mendoza a Pellegrini. Y en Mendoza, desde Oroño a Corrientes y desde Maipú hasta Necochea.
En paralelo se sugiere “repensar otros sectores de la ciudad, como calle Salta en Pichincha o el bulevar Rondeau en la zona norte de la ciudad, que son muy anchas y tienen límites que pueden modificarse”.
Rosúa recalcó que se trata de “ideas conceptuales que se deben consensuar con los equipos técnicos de la Secretaría de Planeamiento del Ejecutivo, quienes fundamentarán dónde convendría dar altura porque tienen más elementos para fijar una decisión”.