La empresa busca financiamiento de Nación para llevar adelante los gasoductos Metropolitano, Regional Sur y Regional Centro II. Las energías renovables también tienen un lugar muy importante para la gestión.
El vicepresidente de Enerfe Santa Fe Gas y Energías Renovables, Juan Cesoni, brindó un panorama acerca de los proyectos que lleva adelante la empresa, poniendo especial énfasis en el Gasoducto Metropolintano, una obra que- a largo plazo- beneficiará a 250 mil vecinos, 7.000 empresas y comercios y 1.200 instituciones.
– ¿Cómo surge la creación del Gasoducto Metropolitano?
– La ciudad de Santa Fe tiene una demanda insatisfecha de gas en el norte y en la zona de la Costa, lo que sería el barrio Colastiné, que crece a tasas aceleradas, sumado a San José del Rincón y Arroyo Leyes. Cuando uno mira la zona metropolitana, todas aquellas localidades que están alrededor de la ciudad de Santa Fe tienen déficit de suministro de esta fuente de energía. Lo que nosotros hicimos fue mirar esa problemática desde esa perspectiva.
Había una propuesta para la zona de la costa puntualmente que atendía al barrio Colastiné y a la localidad de San José del Rincón y nosotros entendimos que esa propuesta era perfectible y con una mirada más amplia decidimos incorporar localidades como Monte Vera, Recreo, Esperanza y resolver el problema del norte de la ciudad de Santa Fe donde tanto la distribuidora Litoral Gas, como la subdistribuidora, Cooperativa Setúbal están impedidos de seguir ampliando la red por faltante de suministro. De esta manera nosotros venimos a resolver este problema.
– ¿Cómo fue definida la traza?
– Primero se pensó sobre la base de lo posible. En algún momento se consideró la idea de tomar gas en el parque Garay, atravesar todo el casco urbano de la ciudad para llegar a la costa porque era el único camino posible pero nosotros encontramos otro que tiene que ver con conectarse con un gran gasoducto que pasa hacia el oeste de la ciudad de Santa Fe, que es el GNEA que transporta un caudal de gas muy grande, y buscamos un lugar donde esa conexión no genere conflictos con el futuro desarrollo urbano porque estamos hablando de un gasoducto, no de una red de distribución, es decir, de alta presión y este ducto tiene que pasar lo más lejos posible de las casas actuales y por caminos de tierra, es decir, fácilmente ejecutables; evitar zonas anegables; y a la vez pensar en lugares en donde la instalación de las redes de distribución permitan abaratar los costos del final de la obra.
– Para hacer el trabajo de conexión, tienen que recurrir a estudios complementarios. ¿Cuentan con el apoyo de alguna otra entidad?
– Trabajamos en conjunto con las distribuidoras y subdistribuidoras de cada una de las localidades porque son las que luego se encargan de la distribución. Después también está a iniciativa del Estado provincial, a través de Enerfe, de ir a brindar servicio a todas aquellas localidades donde tanto la distribuidora como las subdistribuidoras no quieran o puedan brindarlo.
Hay que tomar dimensión de que un gasoducto de estas características brinda posibilidades de expansión, es decir, implica el interés de los sectores productivos. Con ellos dialogamos y todos coinciden en la necesidad de garantizar un consumo que es esencial para el desarrollo de las actividades.
A su vez la Universidad Nacional del Litoral,a través de la Facultad de Ciencias Hídricas, desarrolló el estudio técnico sobre el cruce de la Laguna Setúbal. Este gasoducto- que se conecta allá por Esperanza- va a venir desde el oeste hacia el este y en su camino va a cruzar el río Salado. Lo haría por perforación horizontal dirigida, va a cruzar el norte de Santa Fe y el sur de Recreo hasta lo que se denomina Paraje El Chaquito y allí tiene que hacer un cruce de la Laguna Setúbal hasta la margen oeste de lo que es la defensa de San José del Rincón. Ese es un cruce complicado por la longitud que tiene, estamos hablando de cerca de 2.000 metros, pero además porque es un cause que tiene una evolución estudiada, es decir, lo que nosotros hoy vemos como una laguna grande que no hace más para nosotros subir y bajar, en realidad por debajo suceden muchas cosas: el cauce central se está modificando, así también el lugar de circulación y la profundidad del cauce. Esto hay que tenerlo muy bien proyectado a futuro porque cuando uno planifica una obra de estas está pensando en 50 años de vida útil y en reducir los costos de mantenimiento.
– ¿Tienen estimado de cuánto es el costo de inversión?
– Hicimos una estimación inicial cuando surgió la idea e, inmediatamente, nos dimos cuenta de que esta obra podría ser similar, o inclusive inferior al presupuesto que tenía el proyecto al cual viene a reemplazar, esté en ese orden, aunque todavía no estamos en condiciones de dar un monto específico. A medida que avanzamos con los estudios podemos ir afinando un poco más el número y nos vamos dando cuenta de que hay tramos que son mucho menos costosos de lo que nosotros pensábamos, por lo que es la técnica constructiva. Somos muy optimistas en cuanto al valor de la obra.
– ¿En cuántas etapas se va a dividir la obra?
– Nuestro proyecto está previsto en tres grandes etapas. La primera es la conexión hasta el río Salado, la segunda es entre el río Salado y la Laguna Setúbal, y la última es el cruce y la zona de la costa.
Esto va a depender de la cuestión presupuestaria, por un lado, es decir cuál es la disponibilidad real de recursos que uno tiene, ahí vamos a medir la longitud de las etapas; luego también habrá que ver la capacidad técnica de las empresas- preferiblemente santafesinas en la mayoría de los casos- para que puedan llevar adelante esta obra.
Nuestra vocación es dinamizar la obra pública, además de generar un fuerte impacto en el desarrollo productivo, queremos generar trabajo, que este sea local y entendemos que las empresas santafesinas tienen la capacidad para llevar adelante una obra de estas características.
– ¿A cuántas personas beneficiaría?
– El proyecto está diseñado para 100 mil usuarios residenciales. Cuando hablamos de usuarios residenciales nos referimos a unidades habitacionales por lo que alcanzaría a 250 mil personas. Además de unas 7 mil industrias y comercios que hemos relevado y unas 1200 instituciones entre escuelas, uniones civiles, dependencias de los estados provincial, municipal y nacional.
– ¿En qué etapa está actualmente el proyecto?
– El proyecto está en distintos niveles de estudio. Todo proyecto de estas características tiene una faz técnica, otra administrativa que tiene que ver con que todos los entes involucrados faciliten los permisos, autoricen las distintas instancias de la obra; y otra que es económica y que tiene que ver con conseguir los recursos. Nosotros estamos avanzando en los tres frentes.
El año pasado logramos que la provincia incorpore al Gasoducto Metropolitano al presupuesto provincial y esto nos permitió avanzar en las distintas etapas técnicas, como el de la UNL por ejemplo, pero se ha avanzado fuertemente en los tres frentes.
Creemos que en el transcurso de este año vamos a estar en condiciones de elaborar los pliegos de licitación. Hay un compromiso, tanto del gobierno provincial como nacional, de avanzar con este trabajo así que creemos que el año próximo estemos ejecutando alguna de las etapas de esta obra.
Estamos gestionando aportes del gobierno Nacional para tres gasoductos importantes que tiene la provincia: uno es el Regional Sur, que pasa por la localidad de Venado Tuerto; otro es el Regional Centro II, que pasa por el departamento Las Colonias; y el tercero es el Gasoducto Metropolitano. El presidente de la empresa, Juan D’Angelosante, está haciendo la gestión con el Ministerio de Economía para que Nación nos ayude a enfrentar estas obras y, la verdad, es que las novedades que tenemos son muy alentadoras.
– ¿Qué otros proyectos a futuro tienen en mente?
– Tenemos pensadas redes de distribución de gas en todas aquellas localidades por donde ya pasan gasoductos. Es decir, lugares donde los caños de alta presión ya llegan hasta “la puerta” del pueblo, pero falta hacer todo el tendido hasta los domicilios.
Hemos desarrollado cerca de 40 proyectos que están dentro del Plan de Gasificación del Noreste Santafesino (GANES) que incluye a localidades situadas a la ruta 11 hacia el norte hasta llegar a Florencia, en el límite con la provincia de Chaco; y algunas localidades de la ruta 1. Estos proyectos están en la etapa administrativa esperando la autorización, cuyo pedido ya fue enviado.
También tenemos proyectos de energías renovables vinculados con biogas vinculado con producción porcina; biomasa vinculado con residuos de poda, acá tenemos un proyecto muy interesante que estamos trabajando en la ciudad de Santa Fe que tiene que ver con aprovechar todos los residuos de poda que la ciudad genera para transformarlo en energía eléctrica y esperamos tener novedades pronto.
Por otro lado, estamos haciendo una prospección del potencial hidroeléctrico de la provincia de Santa Fe, hemos terminado un informe y en estos días vamos a estar conversando con la secretaría de recursos hídricos para ver qué posibilidades de hacer aprovechamientos hidroeléctricos tenemos.
En otro orden, también estamos investigando sobre hidrógeno verde. La gestión anterior de Enerfe compró una celda de combustible a una empresa austríaca, nosotros dimos continuidad a ese proyecto recogiéndolo como una política de Estado y hoy estamos construyendo un laboratorio en predios del Conicet, en la Ciudad Universitaria, donde va a estar alojada la celda de combustible que se alimenta con un tanque de etanol y allí dentro se transforma en electricidad y calor; ambos son útiles y es otra forma de aprovechamiento energético de una fuente renovable como es el etanol. Esto es único en Argentina y en Sudamérica y sabemos que el hidrógeno puede tener un potencial muy grande a futuro, entonces es una línea de investigación también que desarrollamos.
Fuente: Diario El Litoral