En el tintero del Concejo, la movilidad urbana sigue estando en agenda. Se sancionó una resolución en la cual el Cuerpo le solicitó al Ejecutivo que realice estudios de factibilidad para definir áreas denominadas como “supermanzanas”, grandes “ecosistemas” urbanos agrupados por cuatro o cinco manzanas en determinados sectores del ejido urbano con alta densidad poblacional y actividad comercial. Es un sistema que se está implementando con éxito en ciudades como Barcelona, París e incluso Buenos Aires.
Y es un concepto nuevo, que da en el núcleo central de la movilidad urbana: apunta a repensar las grandes urbes, con sus parques automotores casi saturados -como ocurre en esta capital-, definiendo espacios específicos dentro de los cuales en las calles perimetrales sólo podrían circular vehículos particulares y colectivos, y en las calles interiores quedaría restringida esta posibilidad. En éstas habría calles peatonales, más ciclovías e, incluso, espacios públicos “verdes” de descanso.
“En algunos casos de calles interiores en que por cuestiones de organización urbana no pueda ser posible priorizar al peatón y al ciclista, se permitiría la movilidad vehicular, aunque muy restringida”, aclara Carlos Súarez (UCR), uno de los impulsores de la iniciativa junto a sus pares de interbloque Sebastián Mastropaolo y Luciana Ceresola (Pro-Juntos por el Cambio). “Se busca que en estas supermanzanas no existan movilidad vehicular, o que ésta sea mínima, con sendas peatonales y más ciclovías”, subrayó el edil.
Ahora la resolución queda en manos del Ejecutivo, así como la decisión de dar lugar al estudio de factibilidad, el cual podría demostrar (o no) que en la ciudad de Santa Fe es posible diseñar “supermanzanas”, seguramente sobre la base de las opiniones de expertos y de ONGs vinculadas a la temática. Claro: por la magnitud del impacto que implicaría en el ejido urbano, el proyecto no podría definirse a tontas y a locas: demandaría una planificación muy pulida.
¿Qué sector podría definirse bajo este nombre? Suárez propone un ejemplo: “Una ‘supermanzana’ debiera tener densidad poblacional y actividad comercial. Pensemos en una calle como General López, desde ahí hacia Moreno o Juan de Garay, en un ‘dibujo’ que vaya desde 25 de mayo hasta 9 de julio. A todo esto habría que compatibilizarlo con la cercanía de una plaza, y con la posibilidad de generar nuevos espacios públicos de descanso”.
El concepto
Las “supermanzanas” son “células urbanas donde, alrededor de determinadas cuadras, hay un trazado (perimetral), y en el interior de éstas no se permite la circulación de transporte público de pasajeros; además, se reduce al mínimo los vehículos y el estacionamiento. Todo eso, además, fomentando la economía local de los comercios en determinadas arterias”, explicó Ceresola en el recinto.
Y dio el contexto: “En las grandes ciudades, el espacio público fue cediendo cada vez más hacia los vehículos motorizados. Y en esto, creemos que debe repensarse un mayor protagonismo de las bicicletas y a los peatones. Esta propuesta tiende a reflexionar sobre nuestro urbanismo, aumentando la cohesión social”, aseguró la edila.
Suárez habló de nuevas centralidades urbanas: “En este proceso habría que definir cómo se conforman y qué características debieran tener (cada una de las supermanzanas). Se plantea una ciudad más amigable no sólo con el peatón y con el ciclista, sino también con el medio ambiente. Hablamos de ecosistemas urbano-sociales de mejor calidad, y una sencilla medida es la exclusión del auto en determinados lugares”.
Todo va a tono con lograr un ecosistema urbano más vivible, “y además se plantea la posibilidad de abrir más espacios públicos -prosiguió el edil radical-. Espacios de descanso con la lógica similar de una plaza, pero sin ser plazas. Por otro lado, se fomenta que cada supermanzana sea ‘autosustentable’. Esto quiere decir que en ellas haya negocios variados, de forma tal que se pueda generar un nuevo ecosistema urbano que satisfaga las necesidades de todos los actores urbanos”, cerró.
FUENTE: DIARIO EL LITORAL