En la ciudad de Ushuaia, el arquitecto Michael Reynolds, un pionero en el concepto de viviendas autosostenibles, es uno de los principales colaboradores en la construcción de la primera casa de éste tipo en el país y el proyecto lleva el nombre de “Tol-Haru, la Nave Tierra del Fin del Mundo”. La casa, diseñada por Reynolds, es un “modelo de supervivencia simple” y consta de dos construcciones en forma de cilindro de 50 metros cuadrados, fabricadas con 300 neumáticos, 3.000 latas, 5.000 botellas de plástico y 3.000 de vidrio. Un armazón de cristales permite que la vivienda mantenga una temperatura constante entre 18 y 22 grados, y de éste modo, ahorrar energía eléctrica.Uno de los que formó parte de esta aventura es el actor, Mariano Torre, quien catalogó el proyecto como “una nueva relación entre el ser humano y la tierra que no sea tan destructiva” ya que utiliza bienes desechables como materiales que ayuden a generar menos impacto.Torre espera que la construcción de éste inmueble sea “una semilla” que cimente un “mensaje de esperanza y de futuro” en toda América Latina.