El producto de Onyx Solar consiste en una película fotovoltaica que se incorpora a cualquier tipo de vidrio y marca comercial. La empresa local se encarga del asesoramiento técnico sobre el proyecto y realiza el pedido del material a la planta de Ávila (España). “Entregamos un informe con el cálculo de la producción según el mapa solar y asesoramos respecto a dónde conviene ubicar los vidrios fotovoltaicos para que rindan más”, detalla Giménez.
Al estar integrado en la estructura edilicia como cerramiento de fachada, el material produce un ahorro sustancial de energía más allá de la autogeneración. “La generación eléctrica reporta dinero con el cual se paga el mayor costo del vidrio y, con los ingresos subsiguientes, la totalidad de la obra de la fachada vidriada; es decir, vidrios más estructura”, destaca el empresario. Además, si se compara con el mismo vidrio o composición de vidrios (DVH), el panel fotovoltaico mejora el factor de sombra en un 50 % y el coeficiente de conductividad térmica en, por lo menos, un 40 %. Estos dos factores contribuyen a la reducción de la carga térmica para la instalación termomecánica y, por consiguiente, resultan otra economía para el proyecto.
Las pérgolas, una de las tantas aplicaciones de los paneles de Onix Solar.
“Es el único material de la construcción que genera beneficios económicos y, por lo tanto, se paga solo en los 35 años de vida útil”, destaca Giménez.
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Estos vidrios especiales reemplazan a los parasoles en su función de reducción de las ganancias de calor o de control solar. Además, con la instalación de los vidrios fotovoltaicos se puede conseguir hasta 8 puntos para la certificación LEED.
Los especialistas recomiendan utilizar la totalidad de la energía obtenida en uso diurno. El almacenamiento a través de baterías es costoso y poco amigable con el medio ambiente. En una instalación “grid on” se puede inyectar el excedente, si lo hubiera, a la red.